Quiero...
Quiero despertar, fingiendo que fue más que un sueño.
Quiero pretender que es irreal la melancolía que me envuelve a tu partida, la incerteza de mi presencia en tu mente, la certidumbre de tu voz en mis oídos cuando estás ausente.
Quiero que mis manos, sustitutas de las tuyas, abran nuevos caminos en mi piel, para enseñarte a seguirlos y prolongarlos en tu cuerpo.
Quiero que el deseo deje de ser el medio por el que llegas a mí, para no ser más que el dulce resultado de la espera de dos almas que se buscan y ansían entregarse hasta quedar vacías y sosegadas.
Quiero dejar de pensar que el momento de la despedida llegará, y nuevamente tendré que recomenzar la búsqueda o alargar la espera.
Quiero dejar de sentir miedo de cerrar la puerta a tus espaldas, y no volver a sentirme así otra vez.
Quiero dejar de sentir miedo de tenerte, y no saber qué hacer cuando te vayas.