martes, 9 de junio de 2009

La voz de los '80 (es lo que está de moda)


Nací en el ’83, en plena dictadura, aunque ese período prácticamente me lo perdí y ya llegada la “edad de la razón” (lo que me ocurrió como a los 10 recién) ya estábamos bajo un gobierno llamado democrático. Siendo yo chica, mis padres cambiaron el campo por la ciudad, estuvieron de allegados, hubo cesantía y escasez y salieron adelante, aunque yo mucho no me di cuenta porque como toda niña que salió de una familia donde la prioridad es el pan y no los libros, vivía en el mundo de Bilz y Pap. Así que me considero una persona “noventera” si hablamos en términos de esas categorizaciones por épocas que parece a todo el mundo le gustan. Y como representante de los noventas y ahora, del siglo 21, me apesta tener que mamarme todo ese reciclaje de los ochentas con el que nos bombardean.

Ahora todas las radios tocan música ochentera, le llaman “Clásicos” a cualquier tontera con un fondo de sintetizador barato que suene a cosa vieja y esos videos donde las niñas salen con unos peinados imposibles edificados a punta de laca, y los hombres con jeans apretadísimos, y todos con camisas colorinches y hombreras gigantes. Es súper bien mirado decir que te gusta A-ha, Journey, Reo Speedwagon, Bon Jovi, The Bangles y la gente de mi generación se informa e incluso van a las fiestas kitsch. Invitan a grupos y artistas al Festival de Viña aunque hayan pasado dos décadas de su desaparición, la moda también ha vuelto (aunque reciclada y más fresca), te subes al auto de tu amigo que antes escuchaba FM Dos o Rock and Pop, y ahora suenan la Universo, Infinita, Radioactiva o Concierto. Estas dos últimas cambiaron de tocar dance y alternativa por música ochentera… y así podrían seguir añadiéndose a la lista más y más ejemplos.

Pero la culpa no es de los ochentas, la música de los ’70 y ’60 también tienen su estatus. En realidad, lo que definitivamente no tiene nada de cool es decir que te gusta la música de los ’90, ni la de ahora tampoco a menos que sea “Indie”, porque eso es lo que está de moda (aunque una venga conociendo esa música desde los inicios, ahora tiene nombre propio y todos los weones la escuchan y una es parte del piño nomás). Los noventas son un período muerto por sí mismo, muchos estilos de los que sólo sobreviven los artistas que trascienden a las modas y ya se ganaron la inmortalidad, de los otros muy poco nos acordamos. Por qué entonces, hasta el más insignificante pelagato que tuvo un “one hit wonder” en los ochentas, parece merecer que lo recuerden 20 años más tarde? De dónde salió esa fiebre repentina y ese reconocimiento póstumo a una música que llega a oler mal de lo muerta que está?

Varios amigos dicen que es una cosa de poder adquisitivo, en 20 años más los de esta época lo tendremos y por eso estará de moda la música de esta década, ya que eso les conviene a las discográficas, y que eso es lo que sucede ahora con los ochenteros. Personalmente, pienso que el motivo es más profundo. Simplemente, la década pasada ni esta tienen nada que aportar. Estuvieron los ’60 con la libertad sexual y la revolución de las flores, los ’70 con el golpe de estado y una pérdida drástica de las libertades personales y colectivas, los ’80 con la efervescencia de la disconformidad de la gente y querer producir un cambio social. Todas esas épocas tuvieron su bandera de lucha, ideales por los cuales pelear, motivos para sentirse marginados, para luchar juntos por una causa, el sueño de la democracia, de la libertad y la igualdad. Los ochentas están marcados de años de sueños reprimidos buscando su emancipación, “la alegría ya viene” era lo que se coreaba. Existía la represión desmedida y el abuso de poder, el vivir en condiciones no humanas sin derecho a pataleo ni menos a beneficios, en fin, si la música de los ochentas está viva es por lo que ella representa aunque su calidad sea cuestionable (sino, qué me dicen de Los Prisioneros?). Y aunque mucho de lo que se escucha tenga origen gringo o inglés, no es eso lo importante, sino que el escucharla evoca momentos memorables y un cambio completo de escenario en nuestro país… es una cosa puramente nostálgica.

Los noventas, en cambio, son un período estéril. La alegría supuestamente llegó con una democracia en ciernes, más que nunca se hizo presente el sistema de libre mercado, los tratados de libre comercio y una economía floreciente. Se acabaron los ideales por los cuales luchar, ya no existe la represión ni la coacción, pasamos a un libertinaje total en todo ámbito donde todo está permitido, los valores se van haciendo anticuados como la Inquisición y a eso le llamamos un pensamiento “progresista”, donde ser una persona de principios es tan fácil como criticar el doble estándar pero sin dejar de usarlo cuando convenga, nos volvimos individualistas, competitivos y egoístas, dejaron de existir las banderas de lucha. El Axé y el reggaetón no son más que un reflejo de esa pobreza de ideales y de sustancia, porque ahora todo es superficial y desechable. La música de esta época vino a caer en terreno infértil, porque se acabaron los momentos memorables y las ganas de cambiar el mundo, por lo que no me extrañaría que en 20 años estemos en otra y no existan radios que cambien de rubro ni usemos nuestro poder adquisitivo para hacernos hasta de los lados B de los grupitos que no pasarán del 2010. Ni siquiera por la nostalgia… de qué? Si los ochentas están de moda, es por derecho propio.