viernes, 6 de junio de 2008

Y nadie nace sabiendo...

Creo que a mi cabecita le da por pensar muchas tonteras que no son positivas, de todas maneras, he tenido que aceptar algunas cosas que sin pensarlas no me habría dado cuenta de que son como son.

“Todo tiempo pasado fue mejor” dice un antiguo y trillado dicho, y muchas veces pareciera que es así. En tantas ocasiones me he preguntado por qué estoy tan triste, si mi vida no tiene mayores problemas ni riesgos, estoy rodeada de gente que me tiene afecto y se supone que estoy haciendo lo que me gusta… entonces, qué me pasa? Necesito una vida con grandes contratiempos? Algo que me haga valorar el momento que estoy viviendo? Qué provoca esta falta de motivación y no entregar el 100% en lo que hago? Por qué no hago lo que se supone que debo hacer, sabiendo que los plazos se cumplirán inexorablemente?

Muchas veces me he quejado de todo esto, sin encontrar las respuestas. Siento nostalgia de los tiempos antiguos, cuando todo parecía más fácil y grato… pero qué diablos? eso ya es parte del pasado, porque (sobre)vivir el presente como lo estoy haciendo causa que mi futuro se vea más incierto de lo que ya está. Tengo que aceptar que ciertas cosas y ciertas personas ya no están, y que no van a volver, por muy buenas que hayan sido. Tengo que aceptarme y quererme tal como soy, con todo lo bueno y lo malo que tengo en mí, sintiéndome segura de mis virtudes y haciendo lo posible por mejorar mis defectos.

Ya no puedo culparme por los errores que he cometido, porque todos ellos han tenido su cuota grandísima de enseñanza; es mejor agradecer por ello, porque en ciertas cosas ya no volveré a tropezar y es mucho mejor que sucedan ahora, cuando aún soy joven y tengo tiempo de enmendar el camino, lo que está hecho ya no se puede remediar, pero sí se puede sacar de ello lo suficiente para no volver a incurrir en las mismas faltas.

Ya no puedo seguir preguntándome por qué se cruzan en el camino personas indeseables que se mueven impulsadas por las malas intenciones, al final la maldad es sólo parte de la naturaleza humana, y como toda mala experiencia sólo sirve para ser más cauteloso para una próxima vez, y no encandilarse a la luz de amables palabras o dulces sonrisas falsas.

Ya no puedo lamentarme por las pérdidas, y tengo que meterme en la cabeza que es imposible retener algo que tiene que alejarse. Simplemente hay que resignarse en ciertos momentos, hay cosas que están más allá del alcance de mis manos, y al contrario, debo aceptar esto porque ningún hecho o afecto puede darse por sentado en la vida, en un abrir y cerrar de ojos las cosas cambian y sólo queda la amarga sensación de no haberlas aprovechado mientras estuvieron… y quizá esa sea la lección más importante, debo aprender a disfrutar lo que tengo mientras exista, porque nada es para siempre, debo concentrarme en lo que me gusta de cada cosa que tengo porque puede que mañana no haya marcha atrás, y debo aprender que cada cosa que poseo inevitablemente se acabará o se alejará algún día, y lo único que queda por hacer en este momento, en el “aquí y ahora”, es disfrutarla mientras pueda, sin pensar tampoco en el final. Y las personas que ahora están a mi lado no escapan a esta regla, porque su compañía no es definitiva y tampoco debo intentar detenerlas cuando llegue el momento en que tengan que partir.

Es extraño pensar siempre en el día de mañana, en el otro año, en el fin de la transición que estoy viviendo, cuando puede que mañana ni siquiera alcance a abrir los ojos… y al parecer, esto le pasa a todo el mundo, como si todos fuéramos a llegar a viejos, uno piensa en envejecer junto a la pareja, balanceándose apaciblemente en una mecedora, envuelta en un chal, leyendo en voz alta un cuento a los nietos, hacemos tantos planes que aún no saboreamos pretendiendo que el momento actual es el paso previo a eso, y puede que ni siquiera podamos estar aquí para concretarlos... y creo que es bueno darse cuenta, porque otros no tuvieron el tiempo y no hicieron los preparativos necesarios, ni pudieron llegar siquiera a coger un ápice de la realización de aquellos proyectos, porque para ellos no hubo un futuro.


Ya no quiero pensar en los tiempos pasados con nostalgia, porque de ellos ha surgido el presente que vivo, la experiencia y la conciencia actuales. No voy a aferrarme más a cosas que no volverán, ahora las dejo, me despido de ellas y para siempre las guardo, y tomo lo que ahora importa que es el presente, y aunque a veces sea más fácil quejarse o perder el ánimo, es mejor cambiar la perspectiva porque si hay veces en que me siento nostálgica, triste, pesimista o desanimada, no es comparable a sentirse arrepentida de haber desperdiciado la oportunidad de vivir cuando la tuve en mis manos.



(Y quizá no sea mala idea colgar esto en un lugar visible, para restregármelo en la cara cada vez que me den ganas de mandar todo a la mierda... y quizá, también, no sea yo la única que deba hacerlo...)



[Jorge Drexler, Sanar]

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Plan, Do, Check , Action!!!

Lo primero es lo primero , deje de lado todo el caldillo de cabeza.Como dijo el gran filosofo Daddy Yanky:Lo que paso..paso.

Luego piensa en ti , segundo en ti, tercero en ti,y por ultimo piensa ke hay gente dispuesta a patear craneos por ti.

Finalmente haga lo que tenga pendiente academicamente y sea feliz

"The world is yours"

TONY MONTANA

Anónimo dijo...

Una de entre las tantas cosas bellas que tienes pequeña, es tu capacidad de reflexion, una cualidad muy escasa hoy.
Pero luego de identificado el problema siempre hay que pasar a la accion.

Sin duda es dificil perder el miedo, tal vez es mas comodo mantener la armadura, pero con cuanta lamentacion??

Comparto con Tony el concepto de lo que paso paso, y contigo el hecho que lo mas importante es difrutar del ahora, asi que CARPE DIEM, tu tienes y mas para hacerlo, solo falta dar el salto al vacio y perder el miedo.

Creo que siempre es mejor lamentarse de un condoro que vivir siempre en la incertidumbre de lo no hecho y que estuvo en nuestras manos.

Animos, que demas que la haces todas

Cariños

Yo